martes, 28 de junio de 2011

Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito.


"Vivir para contarla"(2002)
Sus memorias...


Este primer tomo, con más de 800 páginas, cuenta la historia de sus abuelos maternos, los amores de sus padres, un ámbito de su vida familiar especialmente querida por García Márquez y, por fin, su propia vida hasta 1955, fecha de su definitiva dedicación a la literatura con la aparición de su primera novela, La Hojarasca. El nacimiento de su vocación por el periodismo y su viaje a Europa como corresponsal de El Espectador también ocupan una parte muy importante del volumen.
Se creía que Gabo demoraba el terminar la obra por temor de ser como el personaje de una de sus novelas, que fallecia al terminar de escribir... Sin lugar a dudas es la obra clave para poder comprender un poco más, sus mejores obras.


Primero, lo que argumenta Garcia Marquez






Críticas:
Crítica literaria de la novela de Gabriel García Márquez "Vivir para contarla", por Xrisí Tefarikis.




Esta novela autobiográfica del escritor colombiano tiene un mérito particular: dar a conocer al mundo parte de la infancia y juventud del insigne Premio Nóbel latinoamericano que nos fascinó con su particular realismo mágico en obras inolvidables como "Cien Años de Soledad","El amor en tiempos del cólera", "Crónica de una muerte anunciada", "La increíble y triste historia de la Cándida Erendira y su abuela desalmada", entre otras.
En "Vivir para contarla", el artista latinoamericano nos quiere mostrar dos realidades específicas envueltas en una autobiografía que más allá de relatar la suya propia, nos informa acerca de la idiosincrasia de un pueblo y de un continente, desconocidos culturalmente para dos tercios de la humanidad como el emblemático bi-partidismo de Conservadores y Liberales que existieron en América Latina después de las respectivas independencias patrias y que aún perdura bajo otras denominaciones en nuestro continente,
De algún modo, esta novela nos recuerda el espectacular esfuerzo que realizó James Joyce al relatar en su "Odisea",- además de contener elementos autobiográficos y otras hierbas intelectuales-, ubicar a una Irlanda desconocida hasta entonces, en el mapa de Europa y del mundo.
Para el lector universal esta nueva novela de Gabriel García Márquez lo invitará a conocer un continente de raigambre hispana, en gran parte, donde la dignidad no perdona la pobreza. La familia de García Márquez no escapa a esta realidad y su numerosa familia (once hijos) hace esfuerzos infrahumanos para sobrevivir una profunda miseria económica y donde la creatividad para sobrellevar el diario vivir resulta casi milagroso. Es impensable que de ese precario núcleo familiar hayan surgido profesionales universitarios.
No deja de sorprendernos la miseria que acompañó al mismo autor al comenzar a ejercer una profesión que no estaba registrada en sus libros ni en sus sueños: el periodismo. Y allí nos encontramos con el segundo y casi primordial tema del libro.
A toda la generación del escritor, tanto en Colombia, como en el resto del mundo, no le tocó vivir el periodismo como profesión universitaria. Hasta hace cuarenta años no existía una profesión para aquellos con vocación para escribir y sobrevivir. Los que tenían vocación de escritores, tenía que abocarse al oficio no universitario del periodismo. En esta apasionante novela, "Vivir para contarla", García Márquez nos da a conocer en carne viva quiénes eran aquellos personajes que lo atrajeron a este oficio que terminó seduciéndolo totalmente porque estaba poblado por hombres cultos e idealistas de Colombia y cómo hizo abandono de su carrera de leyes, sin remordimiento alguno a pesar de que sus padres tenían puestas tantas esperanzas en el futuro abogado cuando tomaron conciencia de que habían engendrado a este hijo privilegiado para las letras.
A través de los relatos iniciales de la incursión del autor en el periodismo tomamos nota de los ilustres colombianos que lo rodearon: una elite de intelectuales sobresalientes que lo educaron en las letras universales y lo condujeron finalmente al oficio de cronista de diario.
García Márquez, además de mostrar a grandes rasgos la vida política y social de la Colombia de la segunda mitad del siglo XX nos señala con nostalgia su pasado, sobrecargado de pobreza y belleza. La solidaridad de la familia, a partir de sus abuelos, los valores adquiridos en las escuelas de su infancia internado y donde por las noches existía el hábito de leer obras de la literatura universal en voz alta para todo el alumnado. La importancia de los valores humanos en un periodismo aprendido en las calles y en los sitios en donde se producía la noticia, la investigación para la realización de los reportajes. Todo aquello comparado con el periodismo híbrido que se dicta en las actuales Escuelas Universitarias de Periodismo, que por la insustancialidad de su contenidos, juegan en contra de los verdaderos valores de una sociedad armónica. A ello obedece el espectacular título de esta significativa novela: "Vivir para contarla".







Aquí un sitio donde pueden profundizar un poco más,acerca de vivir para contarla (:
http://www.valvanera.com/rinconlit/memorias.htm
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